sábado, 2 de noviembre de 2013

SÍNTOMAS DE UN ORGANISMO ACIDIFICADO

Cuando tenemos un organismo ácido estamos en un estado de desequilibrio, nuestras células no reciben el oxígeno suficiente y nuestros deshechos se acumulan sin ser debidamente eliminados. Este estado nos deja propensos a gran variedad de enfermedades. Es importante que nos adiestremos en la propiocepción, que nos miremos también orgánicamente, para poder detectar este desequilibrio. Aquí dejo una lista de síntomas que pueden ser una interesante guía para este propósito.

ESTADO GENERAL:
Falta de energía, fatiga, pérdida de tono físico y psíquico, disminución de la actividad, aparición prematura de la fatiga, dificultad para recuperarse tras un esfuerzo, sensación de pesadez en brazos o piernas, desfallecimiento energético súbito tras el consumo de alimentos ácidos, disminución de la temperatura corporal, sensación de frío intenso y profundo, pérdida de peso específico por degradación cálcica de los huesos y tendencia a las infecciones por disminución de las defensas naturales.

ESTADO PSÍQUICO:
Pérdida de ánimo, tristeza, pensamientos negativos, tendencia depresiva, irritabilidad, sensibilidad nerviosa, hipermotividad, sensibilidad, sobresaltos, estrés.

CABEZA:
Palidez (contracción capilar), dolor de cabeza, ojos lagrimosos y sensibles, conjuntivitis, queratitits, flebaritis.

BOCA:
Saliva ácida (se nota cuando se tiene la lengua rasposa, además de por el sabor ácido), encías inflamadas y sensibles, aftas, fisuras en la comisura.

DIENTES:
Sensibilidad e irritación de los dientes cuando se consumen alimentos fríos, calientes o ácidos, caries dental, fisuras o roturas dentales.

ESTÓMAGO:
Acidez estomacal, regurgitación de ácidos, espasmos y dolores estomacales, gastritis y úlceras.

INTESTINOS:
Desarreglos intestinales liberadores de ácidos (ardor rectal), predisposición a la inflamación de los intestinos (colitis), decoloración de heces por agotamiento hepático, fístulas anales, tendencia diarreica, calambres y dolores abdominales.

RIÑONES VEJIGA:
Orina ácida, irritación y ardor vesicales y uretrales, poliuria por irritación rectal y cálculos renales y vesicales.

VÍAS RESPIRATORIAS:
Gota en la punta de la nariz, extrema sensibilidad al frío de las vías respiratorias, tendencia a los resfriados, costipados, bronquitis, sinusitis, anginas, laringitis, vegetaciones, tos, carraspera por irritación.

PIEL:
Sudor ácido, piel seca, piel enrojecida e irritada en las regiones de fuerte sudoración (pliegues de rodillas , codos, cintura, bajo la correa del reloj) fisuras y grietas entre los dedos y alrededor de las uñas, urticaria, granos, eccemas.

UÑAS Y CABELLO:
Uñas quebradizas, estrías en las uñas, manchas blancas, cabello sin brillo y caída del mismo.

MÚSCULOS:
Calambres y espasmos ( en las piernas), tendencia a la espasmofilia, lumbago, tortícolis, músculos de la espalda duros y dolorosos.

SISTEMA OSEO Y ARTICULAR:
Desmineralización y descalcificación del esqueleto: osteoporosis, tendencia a fracturas, lentitud en su cura, bloqueos vertebrales, reuma, artritis, hernia discal, tendinitis, dolores articulares migratorios y gota.

SISTEMA CIRCULATORIO:
Hipotensión, mala circulación, anemia, hemorragias, sabañones y taquicardias.

GLÁNDULAS ENDOCRINAS:
Agotamiento e hipofunción de las glándulas en general, salvo la tiroides que tiene tendencia a acelerarse.

ÓRGANOS GENITALES:
Inflamación de las vías genitales debida a los ácidos e infecciones, eritema, flujo blanco.

SISTEMA NERVIOSO:
Sensibilidad aumentada al dolor en general, neuralgia tenaz o migratoria, insomnio y neuritis.

(EXTRAÍDO DEL LIBRO: "DIME QUÉ COMES Y TE DIRÉ DE QUÉ ENFERMARÁS)

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