lunes, 23 de septiembre de 2013

¿UTILIZAS TODO TU CEREBRO?


En el mundo científico a cada causa le sigue un efecto o es contingente con él, se buscan las relaciones, se plantea una hipótesis, se hace un experimento, luego una teoría y listo… a buscar la siguiente relación.

 En cambio, cuando se trata de intentar entender los etéreos y complejos resortes que mueven la naturaleza humana ya es más difícil hacer teorías y ciencia al estilo ordinario. La materia y lo que podemos medir (reacciones fisiológicas y conductas) no es tan medible como quien pesa una bala  para calcular la trayectoria y el alcance una vez metida en un cañón. 


Aquí la materia se nos vuelve más esquiva y esto saca un poco de quicio a los que se mueven en la vida tan solo considerando lo que pueden medir o lo que esté demostrado “científicamente”. A mí me parece algo tremendamente interesante y motivador porque acometer un conocimiento como el del lenguaje no verbal o de cualquier otra disciplina de la llamada “psique” o “mente” o “alma” es no ceñirse a normal fijas, todo es flexible, y hay que ir más allá de nuestro cerebro racional y analítico, función que soporta nuestro hemisferio izquierdo. Hay que meter en la ecuación elementos como la emoción o la intuición, facultades estas más asociadas a la actividad de nuestro hemisferio derecho y borradas de un plumazo por la educación y el ámbito académico y científico, del mismo modo que en su día hizo la religión con el cerebro racional y así parece discurrir el conocimiento, basculando entre los extremos.
Pero hubo un día en el que mente y cuerpo, materia y espíritu no se concebían por separado y todo era perfectamente complementario, tenían la visión global, antes de la dictadura de las religiones y la posterior del mecanicismo iluminista científico. Pero como dirían los sabios: en el camino medio está la virtud.

En el coaching se habla de la importancia de vivir en el “Y” (lo tuyo Y lo mío, lo que tú piensas  Y lo que yo pienso) y no en el “O” (o lo mío O lo tuyo, o mi argumento O tu argumento). En cualquier discusión podréis ver rápidamente quién es “Y” y quién es “O”. Tiene mucho que ver con el ego esta manera de ver el mundo, son los que agrandan el abrazo y quienes lo estrechan.


 
Dedicó lo mejor de su tiempo al estudio de la alquimia, y en ella basa sus estudios cientificos en su Philosophiae naturalis principia mathematica
Sir Isaac Newton
En un principio los saberes vivían en el “Y”. Aristóteles trabajó todo el saber de su tiempo y Pitágoras tenía toda una escuela mística espiritual (que fue posteriormente destruida) paralela a sus estudios matemáticos. El propio Newton tiene tanto material escrito acerca de la alquimia y otros saberes místicos como de su Philosophiæ naturalis principia mathematica pero al vivir en la era de la separación tuvo que llevar esa doble vida disociada dejando una mitad en la clandestinidad. Hoy sería imposible trabajar todo el conocimiento a la vez, es demasiado, el saber se ha especializado y diversificado como nunca antes y eso es positivo aunque sí que corremos el riesgo de perder el “Y”, esa visión de conjunto, de totalidad.

De este modo hoy nos vemos ante la tarea de conciliar nuestros dos hemisferios.Hasta el mundo científico empieza a dar cuenta de esto y los resultados de los últimos experimentos en el campo de la física cuántica nos obligan a ir más allá de nuestra razón. No es tiempo de identificarnos con una parte de nosotros. Dicen que cuando te defines, niegas todas tus otras posibilidades.

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